Javier Milei sigue con atención las elecciones presidenciales en Estados Unidos, enfocándose en fortalecer las relaciones con la CIA y mejorar las negociaciones con el FMI. El presidente argentino espera que, si Donald Trump gana, se facilite la obtención de un desembolso de USD 10.000 millones del Fondo Monetario Internacional. Este respaldo financiero busca liberar el cepo cambiario, una medida clave para la economía del país.
En la Casa Rosada, funcionarios especulan con que un gobierno de Trump aceleraría las negociaciones con el FMI. Aunque los diálogos actuales no avanzaron de manera significativa, el Gobierno argentino espera que la presencia republicana en la Casa Blanca beneficie a la economía argentina. Las restricciones cambiarias no se levantarán sin un respaldo económico sólido, según señalaron.
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Además, Milei planea profundizar los vínculos con la CIA a través de misiones conjuntas y la adquisición de equipamiento para la SIDE. Esta colaboración incluye nuevos acuerdos de seguridad y tecnología para enfrentar posibles amenazas. La relación entre ambos países podría ampliarse a nivel militar, con la construcción de una base conjunta en Ushuaia y la compra de armamento por USD 300 millones para modernizar la defensa aérea.
El Gobierno argentino también observa el escenario internacional en Asia. Milei busca establecer una comunicación directa con el presidente chino, Xi Jinping, en la próxima cumbre de la CELAC, aplazada para marzo. La relación con China es crucial para Argentina, especialmente por el swap de monedas de USD 6.000 millones y los proyectos de infraestructura en las represas de Santa Cruz.
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Mientras tanto, el Gobierno explora un acercamiento con España y Europa. Milei ha ofrecido ayuda humanitaria para las inundaciones en Valencia y trabaja en la agenda de visitas internacionales, que incluye encuentros con figuras clave como Emmanuel Macron y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, tras el G-20 en Brasil.
En un esfuerzo por alinearse con sus aliados estratégicos, el Gobierno argentino prioriza las relaciones con Estados Unidos, Israel y líderes de pensamiento conservador como Giorgia Meloni, Viktor Orbán y Nayib Bukele. Asimismo, ha tomado distancia de la Agenda 2030 de la ONU, en sintonía con su postura de resistencia frente a ciertas políticas globales.
Fuente: TN.
