En la foto, Fiandino con Bernardo Nito Veira en los festejos de 2.007.
El «Flaco», como también lo conocían a Fiandino, había sido reemplazado en ese decisivo partido con All Boys de La Pampa, pero sin embargo pateó el último penal, el que terminó decretando el ascenso aquel inolvidable 6 de agosto de 1972, con el triunfo de 4-2, aunque la máxima figura haya sido el arquero Alberto Parchesián con la contención de tres remates.
Cuenta la leyenda que a Fiandino lo «disfrazaron» para que fuera a patear ese penal, pero en este día triste de 2020, Enrique «Quique» se encargó de desmitificar esa versión: «en aquel tiempo el reglamento permitía que un jugador que había sido reemplazado pudiera formar parte de la definición por penales, fue una de las cosas que se cambió después. Imaginate que All Boys no iba a dejar pasar eso, en el momento del partido y después si era necesaria una protesta», explicó.
El volante central de aquel entonces recordó a sus compañeros de equipo ya fallecidos: Raúl Tamargo, Roberto «Chivo» Figueroa, Roberto «Roby» Cominetti (el año pasado), el dolavense «Chiche» Morón, Leopoldo «Palito» Vidal, Raúl Luque, Leoncio «Nani» Soto y ahora «Cacho» Fiandino, además del técnico Higino Restelli y dos queridos colaboradores de siempre, Juan de Dios Rivera y el «Negro» Bello.
Fiandino regresó en el 2.000 para dirigir el equipo, justo cuando la Subcomisión que comandaba Jorge Vivas logró la instalación del césped natural, algo que por cuestiones naturales de la superficie, principalmente lo relacionado a las napas freáticas y a la salinidad del suelo, terminó durando unos pocos meses.

Fiandino también un prócer del interior del fútbol córdobes: incluso en distintas publicaciones este jueves, los medios de comunicación lo destacaron como el descubridor del ex volante y ahora ayudante de campo de Talleres de Córdoba, Pablo «Cholo» Guiñazú, y el impulsor de la carrera del hoy lateral derecho de Boca, el también cordobés Julio Buffarini.