Sofía tiene apenas cuatro años, pero carga una mochila que la mantiene con vida. La pequeña, originaria de México y con síndrome de intestino corto, depende de un tratamiento médico avanzado que recibe en Estados Unidos. Sin embargo, la revocación del permiso humanitario que permitió su ingreso al país amenaza con poner fin a esa atención.
“En 2023 recibimos un permiso humanitario que hasta ahora le ha salvado la vida”, explicó su madre, Deysi Vargas, en una conferencia de prensa en Los Ángeles. Desde abril, la familia fue notificada por el gobierno de Donald Trump que ya no cuenta con estatus legal y enfrenta una posible deportación.
Sofía nació prematura en Playa del Carmen y tuvo que someterse a seis cirugías. La falta de progreso en México llevó a su familia a solicitar ingreso humanitario a EE.UU. en julio de 2023, a través de la app CBP One. Desde entonces, vive en Bakersfield, California, donde puede recibir nutrición parenteral domiciliaria.
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La menor pasa 14 horas conectada a un sistema intravenoso durante la noche, y lleva una mochila con nutrientes durante el día. Su madre administra otros suplementos por sonda cuatro veces diarias. “En México no crecía ni mejoraba”, dijo Vargas, quien teme que la deportación signifique una sentencia de muerte.
La abogada Gina Amato advirtió que la situación médica de Sofía es crítica. «Si su madre o ella son detenidas por ICE, su salud podría deteriorarse rápidamente», explicó. La familia ha solicitado nuevamente el permiso, pero mientras tanto viven con el temor constante de ser expulsados.
El caso de Sofía refleja el impacto humano de las nuevas políticas migratorias. Miles de personas han recibido notificaciones similares desde que la administración Trump inició la revocación de permisos humanitarios. La Corte Suprema incluso autorizó estas medidas para inmigrantes de países como Venezuela, Nicaragua y Haití.
Fuente: BBC.
Foto: Getty Images.