El Channa argus, originario de Asia, avanza por los ríos y lagos de Estados Unidos con su dieta voraz, capacidad de respirar fuera del agua y reproducción explosiva. Las autoridades lo consideran una especie “dañina” y llaman a matarlo al instante.
MIRÁ TAMBIÉN | Día del Pingüino: Un llamado urgente a proteger la migración del penacho amarillo
Estados Unidos enfrenta una invasión biológica que pone en jaque a sus ecosistemas acuáticos: el Channa argus, conocido como pez cabeza de serpiente del norte. Esta especie, originaria de Asia, ha colonizado diversos cuerpos de agua del país desde su primera detección en 2002 en Maryland, generando preocupación por su comportamiento depredador, su alta tasa de reproducción y su extraordinaria capacidad para desplazarse fuera del agua.
Según informó Smithsonian Magazine, el hallazgo de juveniles en estado silvestre ya indicaba una reproducción activa desde el inicio. Las causas de su introducción podrían estar vinculadas con el comercio de peces ornamentales o el consumo humano, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Su anatomía le otorga ventajas significativas: puede superar los 80 centímetros de largo, sobrevivir con bajos niveles de oxígeno y respirar aire atmosférico gracias a una cámara suprabraquial. Incluso, produce una sustancia resbaladiza que le permite arrastrarse sobre tierra firme por hasta 24 horas, según explicó el profesor Martin Genner, de la Universidad de Bristol.
MIRÁ TAMBIÉN | “Hola perdida”: el hit de Luck Ra que llegó a Netflix
El pez cabeza de serpiente consume desde peces y ranas hasta cangrejos e insectos. Las hembras pueden poner entre 10.000 y 50.000 huevos al año y los adultos defienden a las crías con agresividad, lo que complica aún más su control. Esta dieta y conducta convierten al Channa argus en un competidor feroz para la fauna nativa.
La expansión del pez ya alcanzó estados como Nueva York, Nueva Jersey, Florida, Misuri y California. Las autoridades, como el Departamento de Recursos Naturales de Georgia, instan a los ciudadanos a matarlo en el acto, congelarlo y reportarlo con fotos y coordenadas. A nivel federal, está catalogado como especie “dañina”, lo que prohíbe su comercialización interestatal, aunque su consumo doméstico es legal e incluso incentivado para controlar su propagación.
La combinación de biología resistente, conducta invasiva y reproducción masiva del Channa argus lo convierte en un desafío sin precedentes para el manejo ambiental en EE.UU. Pese a los esfuerzos institucionales, los expertos coinciden en que su erradicación total es improbable, y que el involucramiento ciudadano será clave para evitar que esta amenaza escamosa siga avanzando.
Fuente y foto: Infobae