En medio de temperaturas extremas, Facundo Palumbo, un barilochense de espíritu aventurero, desafió el hielo y se sumergió en las aguas congeladas del río Pichileufu y el lago Nahuel Huapi, sin traje de neoprene ni tanque de oxígeno. El joven practica freediving, una disciplina que implica bucear conteniendo la respiración, y que en su versión más extrema prescinde incluso del abrigo térmico.
El desafío comenzó cuando Facundo y su amigo, Ramón Ceballos, supieron que el Pichileufu estaba completamente congelado. Viajaron al paraje y rompieron una capa de hielo de 15 centímetros para meterse al agua. «Los primeros segundos son como si te clavaran cuchillos. Después sentís euforia», relató. Permaneció sumergido cerca de un minuto y medio, a un metro y medio de profundidad, sin respirar.
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Días después, repitió la experiencia en el Brazo Tristeza del Nahuel Huapi, donde la temperatura del agua era de 9 grados. Allí, junto a instructores de guardavidas, nadó entre cascadas congeladas y formaciones rocosas submarinas. “Estar debajo del agua es como volar. No hay gravedad ni ruido. Es libertad absoluta”, explicó.
Facundo se inició en el mundo del agua fría hace años, y hoy está a punto de convertirse en instructor de apnea. Aclara que siempre realiza estas actividades acompañado y con medidas de seguridad: “Con hielo, hay que usar una soga, porque podés desorientarte y no encontrar la salida”.
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El joven asegura que el cuerpo se adapta con práctica y que lo más importante es secarse y moverse rápido tras salir del agua. “En dos minutos podés empezar a temblar sin control. Yo hago ejercicio apenas salgo. El frío siempre se siente, pero se aprende a convivir con él”, concluyó.
Fuente: Diario Río Negro