El teclado es uno de los objetos más utilizados en la vida cotidiana, pero su limpieza suele pasarse por alto. Estudios han demostrado que, sin una higiene adecuada, puede acumular hasta 400 veces más bacterias que un inodoro. Esto no solo afecta su rendimiento, sino que también representa un riesgo para la salud.
Los especialistas recomiendan una limpieza superficial diaria con un paño seco o brocha, una limpieza más profunda semanal con alcohol isopropílico y aire comprimido, y una limpieza completa mensual retirando las teclas si el diseño lo permite. En oficinas o espacios compartidos, se sugiere desinfectarlo a diario.
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Para higienizarlo correctamente, se debe apagar el dispositivo, sacudir el teclado para eliminar residuos, usar aire comprimido entre las teclas, limpiar la superficie con un paño humedecido en alcohol y desinfectar con hisopos de algodón. Si es posible, se recomienda desmontar las teclas y lavarlas por separado.
No limpiar el teclado con frecuencia puede favorecer la proliferación de virus y bacterias, afectar su funcionamiento por acumulación de residuos y, en ambientes húmedos, propiciar la aparición de moho.
Mantener una rutina de limpieza adecuada prolonga su vida útil y reduce riesgos para la salud.
Fuente: TN.
Foto ilustrativa: Pexels.