La Comisión Europea anunció el martes su intención de imponer aranceles definitivos a los vehículos eléctricos de batería (BEV) importados desde China, una medida que podría aplicarse durante los próximos cinco años si es aprobada por los Estados miembros de la Unión Europea (UE). Los aranceles propuestos forman parte de una respuesta contundente a las prácticas comerciales desleales de Pekín, que incluyen subsidios masivos a la producción de vehículos eléctricos. La medida busca proteger a la industria automotriz europea de la creciente competencia china.
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El arancel más alto propuesto, de 36,3%, afectará a la empresa SAIC, mientras que otros fabricantes como BYD y Geely tendrán aranceles del 17% y 19,3%, respectivamente. La investigación de la Comisión Europea reveló que China estuvo inyectando generosas subvenciones a lo largo de su cadena de valor del vehículo eléctrico, permitiendo a sus empresas ofrecer precios significativamente más bajos en el mercado europeo. Como resultado, la cuota de mercado de los vehículos eléctricos chinos en la UE creció rápidamente, alcanzando un 25% en 2023, lo que generó preocupación entre los fabricantes locales.
Las tensiones entre Bruselas y Pekín se intensificaron en los últimos meses debido a esta medida, y China advirtió sobre posibles represalias comerciales. Pekín ya presentó una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que los aranceles violan las normas internacionales de comercio. Sin embargo, la Comisión Europea se mantiene firme en su postura, señalando que están abiertos a negociar una solución que respete los principios de la OMC y evite una escalada en la guerra comercial.
Uno de los aspectos más críticos de la investigación es el impacto potencial en las cadenas de suministro europeas, especialmente en países como Alemania, donde fabricantes como BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen dependen en gran medida de su producción en China. Estos fabricantes expresaron su preocupación por las posibles repercusiones en sus operaciones, mientras que Berlín pidió cautela en la aplicación de las sanciones. A pesar de estas divisiones internas, Bruselas insiste en que la medida es necesaria para evitar la desindustrialización de Europa en favor de economías emergentes.
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El plazo para la implementación de los aranceles definitivos es el 31 de octubre de 2024. En las próximas semanas, se espera que tanto las empresas afectadas como el Gobierno chino presenten observaciones adicionales antes de la adopción final de la medida. Mientras tanto, las conversaciones entre Bruselas y Pekín continuarán en un esfuerzo por encontrar una solución alternativa que evite una escalada del conflicto.
Fuente: Euronews.
Foto: Perfil.
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