Brenda Sede Lucena, bióloga e investigadora del Conicet, encabeza un proyecto que transforma el fruto nativo de la Patagonia en un alimento funcional con alto poder antioxidante.
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A sus 31 años, Brenda Sede Lucena, bióloga nacida en Ñorquinco, Río Negro, se posiciona como una de las jóvenes científicas que apuesta por la innovación alimentaria con raíces en el sur argentino. Criada en la Línea Sur y formada en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Brenda lleva adelante un proyecto doctoral del Conicet que busca transformar el calafate —un arbusto silvestre típico de la Patagonia— en un alimento funcional fermentado, con beneficios comprobados para la salud.
Desde hace cinco años, trabaja en el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP), donde realiza estudios en el área de Fitopatología y Microbiología Aplicada. Su equipo logró desarrollar un “superjugo” a base de calafate fermentado con bacterias específicas que aumentan la biodisponibilidad de sus propiedades antioxidantes. Según explica, este tipo de alimentos funcionales ayudan a retardar el envejecimiento celular y tienen efectos positivos en el control de la obesidad, la diabetes y la hipertensión.
“El calafate es un fruto ancestral con propiedades extraordinarias. Nuestra investigación se enfoca en potenciar esos beneficios a través de la fermentación”, explicó Sede Lucena en una entrevista con FM 105.5 de Esquel. La científica destacó que el calafate supera entre 7 y 8 veces las propiedades antioxidantes del arándano, una fruta internacionalmente reconocida por sus beneficios.
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Actualmente, los ensayos continúan a escala de laboratorio, pero el sueño de Sede Lucena es que el producto pueda producirse a gran escala y con un formato accesible, similar al yogur, que pueda ser consumido por toda la población. “Queremos darle valor agregado a un fruto regional y silvestre que está muy presente en nuestra Patagonia”, enfatizó.
A pesar de los avances, Sede Lucena no oculta los desafíos que implica hacer ciencia en Argentina: “Confirmar nuestras hipótesis fue muy alentador, pero continuar investigando en este contexto es muy complejo. Aun así, el apoyo de mis colegas y el entusiasmo de quienes prueban el aroma del jugo me motiva a seguir”, concluyó.
Fuente y foto: Infochucao