Un equipo internacional de arqueólogos redescubrió el santuario perdido de Apolo en el valle de Frangissa, en el corazón de Chipre. El hallazgo, oculto bajo tierra desde fines del siglo XIX, revela restos arquitectónicos y una valiosa colección de artefactos aún no documentados.
Según el Departamento de Antigüedades de Chipre, el sitio fue localizado por primera vez en 1885 por el arqueólogo alemán Max Ohnefalsch-Richter. Aquel hallazgo reveló una gran cantidad de estatuas votivas, algunas de tamaño colosal, en lo que fue un enclave religioso de la ciudad-reino de Tamassos.
El nuevo descubrimiento no solo confirma la ubicación original del templo, sino que también ofrece nuevas evidencias sobre el culto a Apolo en la región. Los expertos sostienen que el santuario cumplió un rol fundamental en la vida espiritual y cultural del mundo antiguo chipriota.
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Los recientes trabajos de excavación también recuperaron inscripciones, fragmentos de columnas y objetos rituales que podrían datar de entre los siglos VI y III a.C. Todo será analizado en laboratorio antes de su exhibición.
Este hallazgo representa un hito en la arqueología mediterránea y reabre el interés por las rutas sagradas de la antigüedad en la isla de Chipre.
Fuente: Diario Hoy.