Cada 3 de junio se celebra esta fecha impulsada por la ONU para promover el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible, saludable y accesible, que además conecta con la infancia y la libertad.
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Desde 2018, cada 3 de junio se celebra el Día Mundial de la Bicicleta, una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para promover la seguridad vial, fomentar la salud física y mental, y alentar un modelo de movilidad urbana sostenible. La bicicleta no solo reduce la contaminación, sino que también representa inclusión, independencia y recuerdos que se guardan para siempre.
Este vehículo de propulsión humana sigue siendo clave en muchas ciudades del mundo como alternativa a los vehículos motorizados. Su uso disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero, y es una de las recomendaciones más directas de la ONU para mitigar el cambio climático. “Vivir sin coche puede reducir la huella de carbono hasta en 2 toneladas de CO₂ al año”, señala el organismo internacional.
Pero andar en bicicleta es más que una solución ambiental. También es un viaje emocional y social: nos conecta con la infancia, con el momento exacto en que dejamos las rueditas o dimos la primera vuelta solos. También nos remite a los paseos escolares con mamá o papá, las escapadas adolescentes, y las primeras aventuras con amigos.
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Desde sus inicios en el siglo XIX, cuando el alemán Karl Von Drais inventó la Laufmaschine, la bicicleta ha evolucionado en diseño y uso. Durante el “boom ciclista” entre 1960 y 1975 en Estados Unidos, nació la mítica BMX, que se volvió símbolo cultural gracias a películas como E.T. y Karate Kid. Hoy, muchas ciudades como Ámsterdam, Nueva York o Londres implementan sistemas públicos de bicicletas que promueven el uso compartido y el acceso universal.
Además, la Organización Mundial de la Salud destaca que caminar o andar en bicicleta mejora la salud pública y puede reducir enfermedades como infartos, ACV, diabetes y cáncer. Según diversos estudios, pedalear con regularidad ayuda a mejorar el sueño, aumentar la energía, reducir el estrés y fortalecer el corazón. El ejercicio es de bajo impacto, ideal para las articulaciones, y puede prolongar la vida: una investigación danesa reveló que las mujeres que van en bicicleta al trabajo viven casi cuatro años más.
El Día Mundial de la Bicicleta también busca reducir la desigualdad social. Para muchas personas que no pueden acceder a un automóvil, la bicicleta es un medio clave para estudiar, trabajar o simplemente desplazarse. A través de este transporte económico, limpio y eficiente, se abre un camino hacia una movilidad más justa, saludable y ecológica.
Fuente: Sitio Andino
Foto: Archivo