El Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) confirmó este jueves que se hallaron toxinas de «marea roja» en las ballenas que murieron en el Golfo Nuevo.
De este modo, sostienen que la mortandad de los 30 cetáceos se debió a una floración algal nociva en la zona, ocurrida entre fines de septiembre y principios de octubre.
Con respecto a las ballenas muertas, se detalló que se trata de 26 adultas y 4 juveniles. De los ejemplares adultos 19 eran hembras, dos machos y cinco no identificados, y de los juveniles uno era macho y tres no identificados.

«Investigadores del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral (ICB y UC-Davis) realizaron necropsias de las ballenas que fueron seleccionadas en función de su menor estado de descomposición y su mayor accesibilidad. La mayoría de las restantes ballenas varó en sitios de muy difícil acceso, o bien en playas que son de uso público», indicó el ICB en su comunicado.
«En total, se llevaron a cabo necropsias de las seis ballenas que se hallaron en las mejores condiciones para realizar diagnósticos confiables. Además, se colectaron muestras parciales, sin abrir cavidades, en otras tres ballenas que se encontraron en áreas de uso público y no pudieron ser remolcadas hacia otro sitio», añadió.
El organismo precisó asimismo que «las seis ballenas necropsiadas tenían contenido en el aparato digestivo, indicando que se habían alimentado recientemente previo a su muerte. Ningún ejemplar presentó evidencias de lesiones anormales ni heridas traumáticas que expliquen su muerte».

En otra parte de su informe, el ICB comunicó que «se analizaron diferentes tejidos y fluidos de 8 ballenas, incluyendo hígado, riñón, orina, sangre, humor acuoso del ojo y contenido intestinal, entre otros».
«Todas las muestras resultaron negativas a ácido domoico, neurotoxina productora de intoxicación amnésica de moluscos, hallazgo corroborado por dos métodos de detección, HPLC -UV y espectrometría de masas», expuso.
«Sin embargo, sí se encontraron concentraciones detectables de Toxina Paralizante de Moluscos en diversos tejidos y fluidos de 5 de las 6 ballenas analizadas para esta toxina», confirmó el ICB.

«Las toxinas detectadas fueron neosaxitoxina en orina de dos ballenas y en contenido intestinal de una ballena, en la cual además se halló saxitoxina y gonyautoxinas (estas en menor medida) y también saxitoxina en contenido intestinal de una ballena e hígado de dos. No se detectaron toxinas en muestras de riñón ni en sangre de 1una ballena. Restan analizar algunas de las muestras disponibles, así como avanzar con la cuantificación de los niveles de toxinas encontrados», añadió el organismo.
INFORMACIÓN ADICIONAL
«Durante el evento también se documentó la muerte de varios pingüinos de Magallanes y otras aves marinas y de un lobo marino de un pelo con sintomatología compatible con biotoxinas en el Golfo Nuevo. Como parte de la investigación y ante la sospecha de intoxicación por toxinas producidas por un evento de floración algal nociva, que se caracteriza por afectar a múltiples especies en un mismo tiempo y espacio, se colectaron muestras de varios individuos», se expuso.
«Los análisis realizados hasta la fecha corroboran los hallazgos en las ballenas, con todos los animales negativos a toxina amnésica, pero positivos a toxinas paralizantes de moluscos en cantidades variables. Esto se explica porque las ballenas francas se alimentan de copépodos que actúan como vectores en la transferencia de toxinas desde la base de la cadena trófica, e ingieren las toxinas de manera directa al filtrar las microalgas que se encuentran en el agua. En cambio, las aves como los pingüinos y otros mamíferos marinos como los lobos, son predadores y consumen presas capaces de bioacumular toxinas, por lo que en general se exponen a dosis mayores», concluyó el ICB en su informe.