El Vaticano asegura que su corazón «aguanta bien», aunque su cuadro clínico sigue siendo complejo.
El papa Francisco, de 88 años, fue diagnosticado con neumonía bilateral y se encuentra internado en el hospital Gemelli de Roma desde el viernes pasado. Después de un diagnóstico médico que indicaba un cuadro clínico complejo, fuentes vaticanas informaron que el Santo Padre pasó una noche tranquila, sin la necesidad de oxígeno y sin preocupaciones sobre sus condiciones cardíacas.
El comunicado oficial señaló que, pese al agravamiento de su bronquitis, que derivó en una neumonía, el Pontífice se despertó y desayunó por sí mismo. Aunque sigue en reposo absoluto, sigue estando activo, recibiendo correspondencia y trabajando desde su habitación.
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El diagnóstico inicial de neumonía bilateral se produjo después de que el Papa arrastrara una bronquitis mal curada desde hacía semanas, lo que le obligó a continuar con su agenda. Su salud se deterioró especialmente tras asistir al Jubileo de las Fuerzas Armadas el 9 de febrero, cuando se expuso a condiciones climáticas adversas.
Además de la neumonía, se informó que el Papa presenta una infección polimicrobiana que complica su tratamiento, lo que requiere el uso de antibióticos y cortisona.
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El Vaticano afirmó que el Pontífice sigue de buen humor y agradece los mensajes de apoyo que recibe desde todo el mundo. Los médicos esperan que el tratamiento comience a mostrar resultados en los próximos días, aunque el Papa necesitará varios días de reposo antes de poder retomar sus actividades.
Este es el cuarto ingreso de Francisco al hospital Gemelli, y ya había sido tratado por una neumonía en marzo de 2023, así como por cirugías abdominales en los años anteriores.
Fuente: La Nación.
Foto: Alberto Pizzoli – AFP.