Una nueva reforma legal en Irak otorga prioridad a las interpretaciones islámicas sobre los derechos individuales, permitiendo el matrimonio infantil y generando indignación internacional y protestas masivas.
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El Parlamento iraquí ha desatado una ola de críticas y protestas tras aprobar un paquete de enmiendas que prioriza las interpretaciones islámicas en cuestiones familiares. La controvertida reforma legaliza el matrimonio de niñas a partir de los nueve años, según la doctrina chií Jaafari, una decisión que ha sido calificada como un retroceso histórico en los derechos de las mujeres y niñas en el país.
La reforma también otorga a los tribunales islámicos mayor autoridad en temas como matrimonio, divorcio y herencias, debilitando la Ley de Estatus Personal de 1959, reconocida como una de las más progresistas en Oriente Próximo. Este cambio permite que las decisiones legales se basen en interpretaciones religiosas, eliminando la protección que ofrecían los tribunales civiles a mujeres y niñas.
La decisión ha provocado el rechazo de organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch, que denunció el impacto devastador de la reforma en el futuro de miles de niñas. «A las niñas les corresponde estar en la escuela, no casadas», expresó Sarah Sanbar, investigadora de la organización.
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Multitudes se manifestaron en ciudades importantes del país, acusando al gobierno de someterse a presiones de sectores conservadores chiíes. Incluso dentro del Parlamento, la aprobación generó controversia, con denuncias de irregularidades en el proceso. «Fue una farsa, aprobada con un quórum mínimo y sin discusión adecuada», afirmó la diputada Nour Nafe.
Además de esta enmienda, el paquete legislativo incluyó una amnistía general que beneficia a acusados de corrupción y una ley de restitución de tierras que favorece a familias kurdas, decisiones que, según los críticos, buscaron asegurar votos para aprobar el polémico cambio en las leyes de familia.
La reforma, que afecta también a los matrimonios mixtos entre suníes y chiíes, obliga a las familias a registrarse bajo una sola confesión religiosa, la del marido. Esta medida, según activistas como Yanar Mohammed, profundiza la división sectaria en el país.
Fuente: El Mundo
Foto: Archivo