Se perdió este miércoles por la tarde el rastro de una avión que había partido desde El Calafate a Trelew.
La aeronave era ocupada por tres jóvenes de origen brasilero, las cuales ya había estado en distintas localidades de la Patagonia.
Fuentes cercanas al caso le detallaron a Radio 3 que los turistas, que iban a bordo de una Vans RV-10, matricula PP-ZRT, estuvieron días atrás en Madryn, Trelew, Comodoro Rivadavia, donde asistieron al Festival Aéreo, y Ushuaia.
Tras estar en la localidad fueguina, las personas se trasladaron hasta El Calafate, desde donde partieron este miércoles a las 13.34 con destino a Trelew por la línea de la costa y nunca llegó. El vuelo tenía un tiempo estimado de tres horas y diez minutos.
El rastro del avión se perdió a la altura de La Lobería, en Santa Cruz, sobre el mar. Tras ello se activó el protocolo de Búsqueda y Salvamento. Previo a perder el contacto, el RV10 se había ido a 14.500 pies de altura, situación inusual para este tipo de máquinas. Además, notificó pérdida de velocímetro y que estaba «cargando hielo», según expresan aeronavegantes es cuando acumula hielo en los planos.
Se logró saber también otras dos aeronaves que iban con el grupo. Las mismas tenían con destino final Madryn. Allí tenían pensado cargar combustible y seguir viaje, pero tras lo ocurrido permanecen en el aeroclub local a la espera de novedades.
En estos momentos la búsqueda paso de «fase incertidumbre» a «fase de alerta» y se le dio aviso a todos los servicios.
IMPORTANTE EMPRESARIO DE BRASIL
Mientras se lleva adelante un intenso operativo de búsqueda para dar con la aeronave, transcendió que uno de sus tripulantes es importante empresario brasileño.
Se trata de Antonio Castro Ramos, dueño de la empresa constructora ACCR (son sus iniciales) que desde 1989 construye emprendimientos inmobiliarios de alto standard en Florianópolis y las playas mas famosas de la región.
Además, según confirmó el medio Ahora Calafate, Castro Ramos es el propietario del RV-10, una aeronave con capacidad para cuatro ocupantes, considerado uno de los más seguros y vendidos en el vecino país.
«OJALÁ TENGAMOS SUERTE Y HAGAMOS CONTACTO CON ELLOS»
El director de Defensa Civil del Chubut, José Mazzei, dialogó con Radio 3 y contó que el último contacto con la aeronave perdida fue a las 17.05.
«Estaba volando en conjunto con otras dos que se dirigían a Madryn. Estas dos llegaron a destino. Hubo comunicación en la que uno de los pilotos refería que habían tenido contacto visual con la aeronave que se perdió unas millas al norte de Comodoro», detalló el funcionario.
Además, indicó que la última localización que se tuvo de la aeronave fue en Bahía Bustamante. «Un avión de Prefectura Naval llegó hasta la zona y no obtuvo novedades de escombros en el mar. Tampoco obtuvieron ningún avistaje terrestre», dijo.
«El personal de búsqueda llegó hasta la estancia La Aguada, la cual tiene una pista de aterrizaje. Entendemos que por ahí esta avioneta se encontró en una emergencia e intentó aterrizar allí», añadió.
«En todas las búsquedas hay optimismo. Ellos iban haciendo una navegación aérea costera. Entonces, en la zona al haber una pista de aterrizaje inmediatamente pusimos los ojos ahí, por lo que mandamos personal que ahora está en el lugar», manifestó
«Ojalá que tengamos suerte y hagamos contactos con ellos», sentenció Mazzei.
«LAS CONDICIONES CLIMÁTICAS NO ERAN BUENAS PARA VOLAR»
Por su parte, el presidente del Aeroclub Lago Argentino de El Calafate, Freddy Vergnole, indicó que este miércoles «no estaban muy buenas las condiciones de Comodoro para arriba, habían puesto de alternativa parar en Puerto Deseado, pero decidieron seguir viaje».
«Las condiciones meteorológicas no eran buenas para proseguir viaje, le habían avisado la gente del ANAC de Comodoro que no era conveniente pero aparentemente decidieron despegar», aseguró en diálogo con LU12 AM680 Río Gallegos.
«En el único lugar donde tenían un claro era hacia el este, el problema es que al este está el mar y para un avión que no tiene sistema anti-hielo es peligroso, por que al parecer habían muchas formaciones de hielo que iban cargando en las alas, lo que le produce peso que no le permite volar», explicó.
«Cuando entra en una formación de hielo enseguida tiene que estar atento porque lo puede ver en la trompa del avión o en el ala y se nota enseguida y tiene que bajar y escapar de esa situación», sostuvo.
«Lo primordial es no meterse en una formación de hielo, pero lamentablemente se ve que se han metido y ahora hay que rezar para que aparezcan vivos», completó Vergnole.
