Cecilia Sala, periodista italiana de 29 años, permanece incomunicada en la cárcel de Evine, en Teherán, tras ser detenida el 19 de diciembre de 2024. Acusada de infringir leyes iraníes, su situación ha generado preocupación internacional, especialmente por las condiciones en las que se encuentra: una celda helada, luz permanente y sin sus gafas personales.
El embajador italiano en Teherán intentó asistirla llevando un paquete con artículos esenciales, pero las autoridades penitenciarias lo rechazaron. Este incidente llevó a la Primera Ministra Giorgia Meloni a convocar una reunión de emergencia con su gabinete para exigir respeto por los derechos de Sala y su pronta liberación.
La complejidad del caso aumenta al vincularse con la detención en Italia, el 16 de diciembre, del ingeniero iraní Mohammad Abedini, acusado por Estados Unidos de apoyar a una organización terrorista. Tres días después, Sala fue arrestada en Irán, lo que algunos analistas consideran un acto de represalia.
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El experto iraní Mojtabah Ruandeh afirmó que el gobierno iraní actúa como una «banda de mafias» al utilizar a Sala como «moneda de cambio» para negociar la liberación de Abedini. Según Ruandeh, este tipo de tácticas no es un hecho aislado en las políticas de la República Islámica.
Las tensiones diplomáticas escalaron el 2 de enero, cuando Roma convocó al jefe de la diplomacia iraní, Mohammad Reza Sabouri, mientras Irán respondió citando a la embajadora italiana, Paola Amadei. Ambas naciones mantienen posturas firmes sin una solución inmediata a la vista.
Fuente: RFI.
Foto:AP.