El ex presidente Alberto Fernández se prepara para defenderse en la causa judicial por violencia de género iniciada por su ex pareja, Fabiola Yáñez, con testigos que podrían cambiar el rumbo del caso.
En medio de una creciente controversia, el ex presidente Alberto Fernández vuelve a estar en el centro de la escena judicial debido a las graves acusaciones de violencia de género formuladas por su ex pareja, Fabiola Yáñez. La situación ha escalado con la reciente publicación de un artículo de Horacio Verbitsky en «El Cohete a la Luna», donde se revelan detalles cruciales que podrían influir en el desarrollo del caso.
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Según el artículo, Yáñez sostiene que los moretones visibles en su rostro fueron causados por agresiones físicas repetidas por parte de Fernández. Sin embargo, el ex presidente ha defendido consistentemente la versión de que estos hematomas fueron el resultado de un tratamiento estético con plasma rico en plaquetas (PRP), realizado por la cosmetóloga María Florencia Aguirre. Aguirre será llamada a declarar el 5 de septiembre, enfrentando el riesgo de ser imputada por ejercicio ilegal de la medicina o falso testimonio.
Otro testimonio relevante proviene de una testigo identificada como Teresa, quien trabajó durante más de una década con Fernández. Teresa atribuye los golpes visibles en Yáñez a caídas provocadas por su consumo excesivo de alcohol, una versión que contrasta con las acusaciones de la ex primera dama. Teresa describió situaciones donde Yáñez se encontraba «tirada en el piso» tras noches de excesos, complicando aún más el escenario judicial.
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La niñera del hijo de Yáñez, identificada como Testigo G, también corroboró la versión de Fernández, afirmando que los moretones en el rostro de Yáñez aparecieron tras someterse al tratamiento estético. Además, Fernández presentó fichas médicas del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO) que documentan el tratamiento psiquiátrico de Yáñez desde 2016, buscando demostrar que sus problemas emocionales y de salud son preexistentes.