El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, afirmó este viernes que su país ha superado lo que él llama «un golpe de Estado a cámara lenta». Esta declaración se refiere a las impugnaciones sucesivas realizadas por la Fiscalía contra su partido y los resultados de las elecciones en las que resultó electo.
Arévalo realizó estas declaraciones desde España, país que marcó la última parada de su gira europea, donde mantuvo reuniones con altos funcionarios de Francia, la Unión Europea y la ONU, entre otros.
Desde su llegada al poder, Arévalo ha enfrentado una persecución judicial impulsada por la fiscal general, Consuelo Porras. Esta situación ha llevado al presidente a acusar a Porras de socavar la democracia y poner en riesgo la transición presidencial.
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A pesar de esta situación, Arévalo ha manifestado su agradecimiento al apoyo recibido tanto por la población que le dio su voto de confianza como por la comunidad internacional que lo respaldó en este proceso.
Ante el rechazo de la fiscal Porras a participar en reuniones con el Gobierno, Arévalo dejó entrever que podrían tomarse otras medidas, aunque no especificó cuáles podrían ser. Sin embargo, enfatizó que cualquier medida que se adopte será dentro del marco legal establecido.
La lucha contra la corrupción y la inseguridad son dos de los principales desafíos que enfrenta el nuevo Gobierno de Guatemala. Arévalo ha señalado que la corrupción es un problema arraigado en todas las instituciones del Estado y la sociedad guatemalteca, por lo que se han implementado medidas para combatirla, como la depuración de empleados «fantasma» y la creación de una nueva Comisión Nacional contra la Corrupción.
En cuanto a la seguridad, Arévalo reconoció la necesidad de combatir el narcotráfico, el crimen organizado y la extorsión, pero señaló que el contexto de Guatemala es diferente al de otros países vecinos, como El Salvador, por lo que las soluciones no pueden ser las mismas.
Fuente: Télam