El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cerró este lunes con una caída significativa del 6,13%, alcanzando los 67,38 dólares por barril.
Esta baja se produjo tras el reciente ataque de Israel a territorio iraní, que, aunque generó inquietudes en el mercado, no impactó directamente en las instalaciones energéticas, lo que ha sido interpretado como un enfriamiento de las tensiones en la región.
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Los contratos de futuros del WTI, destinados a la entrega en noviembre, experimentaron una pérdida de 4,40 dólares, marcando así su mayor descenso diario desde el 12 de julio de 2022. En esa ocasión, el crudo de referencia había cedido un 7, 93%. Esta tendencia a la baja refleja la volatilidad del mercado y la sensibilidad de los precios del petróleo ante los desarrollos geopolíticos.
La caída de los precios también podría estar relacionada con la respuesta del mercado a un posible cambio en la dinámica de las tensiones en Oriente Medio, que, si se estabilizan, podrían conducir a una disminución de las preocupaciones sobre la interrupción del suministro de petróleo. Sin embargo, los analistas advierten que la situación sigue siendo compleja y que cualquier cambio en la política o la seguridad regional podría impactar nuevamente los precios.
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Los inversores estarán atentos a las próximas semanas para evaluar cómo estos acontecimientos continuarán influyendo en el mercado energético y las implicaciones que pueden tener en la economía global. El sector energético permanece en un estado de alerta, dado que las fluctuaciones en el precio del petróleo pueden repercutir en diversos sectores económicos.
Fuente: Infobae
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