La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que en 2023 se registraron 597.000 muertes por malaria, lo que representa una disminución del 1,81 % respecto al año anterior. Este descenso marca el tercer año consecutivo con una baja en la mortalidad, tras el máximo registrado en 2020.
Desde el inicio del siglo, las medidas de control como mosquiteras impregnadas con insecticidas y pruebas de diagnóstico han evitado más de 2.200 millones de casos y 12,7 millones de muertes. Además, 44 países han sido declarados libres de malaria, lo que refleja un avance significativo en la lucha contra esta enfermedad.
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África sigue siendo la región más afectada, concentrando el 95 % de las muertes globales. Los países con mayor incidencia son Nigeria, República Democrática del Congo, Uganda, Etiopía y Mozambique, que acumulan la mayor parte de los 11 millones de nuevos casos registrados entre 2022 y 2023.
En América, las mejoras son notables, con una disminución del 61,8 % en las muertes y del 65,4 % en los contagios desde el año 2000. Sin embargo, Brasil, Colombia y Venezuela lideran los casos en el continente, mientras que aumentan los contagios en países como Panamá, Costa Rica y Guatemala, afectando especialmente a pueblos indígenas y afrodescendientes.
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La introducción de la vacuna contra la malaria en 17 países de África subsahariana, incluidos Ghana, Kenia y Malaui, ha reducido la mortalidad en un 13 % en cuatro años. Según Mary Hamel, líder del equipo de vacunas de la OMS, este avance es clave para proteger a las poblaciones más vulnerables.
Aunque los avances son significativos, la malaria sigue siendo una amenaza global, y la OMS insta a reforzar las medidas de prevención y control para erradicar esta enfermedad.
Fuente: DW.