En el último año, el poder adquisitivo de los jubilados en Argentina sufrió una significativa caída debido a la incapacidad de los haberes de igualar el alza de los precios.
Según cifras oficiales, los ingresos de los jubilados que no perciben bonos disminuyeron en un 14%, mientras que aquellos que reciben un refuerzo han experimentado una caída del 65%.
Para quienes perciben la jubilación mínima y suman el bono mensual de $70,000, el poder adquisitivo en mayo fue un 6% menor comparado con seis meses atrás. Este grupo representa casi la mitad de los jubilados y pensionados, de acuerdo con datos de la Subsecretaría de Seguridad Social publicados por La Nación.
Desde 2017, las prestaciones pagadas por la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) acumularon una pérdida de poder adquisitivo, una situación que se ha agravado en los primeros meses de 2023. Esto ocurrió antes de que los haberes comenzaran a reajustarse por la fórmula de movilidad, que perdió vigencia, y posteriormente, desde abril, por la inflación con frecuencia mensual.
En 2023, la caída del poder de compra fue particularmente pronunciada:
Un 14.2% para quienes cobran el haber mínimo más bono.
Un 32.3% para aquellos que nunca recibieron refuerzo.
Un 37.4% para el grupo que percibió un adicional durante un año y dejó de recibirlo en septiembre del año pasado.
Incrementos recientes y perspectivas
En los primeros cinco meses de 2023, los haberes aumentaron un 79.9%, mientras que la inflación fue del 71.9%. A pesar de este incremento, el poder adquisitivo sigue sin recuperarse completamente.
Se espera que en julio se aplique un alza del 4.2%, situando el ingreso más bajo del sistema (incluido el bono de $70,000) en aproximadamente $285,600.
La situación refleja una tendencia preocupante para los jubilados argentinos, quienes ven cómo sus ingresos se erosionan frente a una inflación persistente, poniendo en riesgo su capacidad para cubrir necesidades básicas y manteniendo su calidad de vida.
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