Un adolescente estadounidense generó una pequeña fortuna en menos de diez minutos, al crear y vender una criptomoneda de broma. Lo que comenzó como una jugada improvisada terminó desatando una serie de reacciones intensas de quienes se sintieron estafados.
El 19 de noviembre, Adam Biesk, asesor artístico en California, estaba terminando su jornada cuando escuchó a su hijo adolescente hablar sobre una ganancia significativa obtenida con una criptomoneda recién creada. Al principio pensó que se trataba de una exageración, pero pronto se dio cuenta de que su hijo estaba diciendo la verdad. Ese mismo día, a las 7:48 pm, el joven lanzó al mercado 1,000 millones de unidades de su moneda, llamada Gen Z Quant, y compró un 5% de la oferta total por unos 350 dólares.
Poco después de su lanzamiento, la criptomoneda empezó a atraer compradores, y en tan solo ocho minutos, su valor aumentó a casi 30,000 dólares. El adolescente, sorprendido por el éxito, vendió los tokens, haciendo que el precio cayera rápidamente. Pero el daño ya estaba hecho: la operación le generó más de 50,000 dólares, al incluir otras dos monedas de su creación.
MIRÁ TAMBIÉN | El hijo de la Tierra: la escultura monumental que conecta arte y ecología
Los inversionistas que se sintieron estafados comenzaron a desahogar su frustración en línea, inundando el chat del sitio Pump.Fun con insultos y amenazas. La familia de Biesk fue «doxeada», lo que significó la filtración de sus datos personales, y empezaron a recibir amenazas. A pesar de la tensión, el hijo de Biesk no mostró arrepentimiento, y algunos comerciantes, atraídos por la atención mediática, crearon nuevas monedas basadas en la familia: QUANT DAD y QUANTS MOM.
Las «memecoins», criptomonedas creadas sin propósito más allá de la especulación, han ganado notoriedad desde el lanzamiento de Dogecoin en 2013. Recientemente, plataformas como Pump.Fun han permitido a los usuarios crear y lanzar estas monedas instantáneamente. Aunque se prometía que las operaciones serían más seguras, las estafas como los «soft rug pulls», en los que los creadores venden todos sus tokens rápidamente, continúan siendo un problema.
El caso ha generado debate sobre la legalidad de las acciones del adolescente. Aunque en California es necesario tener 18 años para participar en ciertas actividades financieras, el mercado de las criptomonedas no tiene regulaciones claras que se apliquen específicamente a los creadores de memecoins. La ausencia de normativas permite que, en muchos casos, estas prácticas se ubiquen en una zona gris de legalidad.
Fuente: Wired.
Foto ilustrativa: Pexels.