El oso de anteojos, también conocido como oso andino o de antifaz (Tremarctos ornatus), es la única especie de oso originaria de Sudamérica. Su apariencia distintiva y su hábitat en los Andes tropicales lo convierten en un símbolo de biodiversidad en esta región.
El nombre “oso de anteojos” proviene de las marcas blancas alrededor de sus ojos, que asemejan unos lentes y se extienden hasta el pecho. Esta característica es única entre las especies de osos y le da un aspecto muy distintivo.
El oso de anteojos vive en los bosques secos y nublados de los Andes del norte de Perú, extendiéndose a Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela. Prefiere hábitats montañosos y húmedos, donde puede encontrar abundante vegetación.
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Aunque son omnívoros, su dieta es en su mayoría vegetariana. Consumen frutas, bayas, plantas como las bromelias, y ocasionalmente miel y maíz. Solo el 5% de su alimentación incluye carne, lo cual es inusual entre las especies de osos. Este oso también es conocido por sus vocalizaciones únicas, especialmente las madres, que se comunican activamente con sus crías.
Clasificados como “Vulnerables” en la Lista Roja de Especies Amenazadas, los osos de anteojos enfrentan la pérdida de su hábitat debido a la caza y la deforestación. Se estima que quedan entre 6,000 y 10,000 ejemplares en estado salvaje, lo que hace urgente su protección.
Fuente y foto: Billiken.