En un giro sorprendente en la política turca, el presidente Recep Tayyip Erdogan reconoció el retroceso de su partido, el islamista AKP, en las elecciones municipales celebradas este domingo, marcando un momento crucial en la historia reciente del país.
El socialdemócrata CHP se impuesto, sumando más de una decena de provincias y manteniendo el control de ciudades clave como Estambul y Ankara.
«No hemos conseguido los resultados que esperábamos», declaró Erdogan en un discurso desde Ankara, transmitido en directo por la cadena NTV. Con el escrutinio casi completo, el AKP pierde su predominio de dos décadas al ser superado por el CHP por 1,5 puntos porcentuales, una diferencia de más de medio millón de votos.
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Erdogan, sin embargo, resaltó la naturaleza democrática de estos comicios, afirmando que «el vencedor en estas elecciones es la democracia». El presidente subrayó la transparencia y tranquilidad con la que se desarrollaron las elecciones, reflejando la voluntad del pueblo turco.
A pesar de los resultados no favorables para su partido, Erdogan trató de ver el futuro con optimismo: «Esto no es un fin, sino un punto de inflexión», y prometió que tanto él como su partido seguirán esforzándose por ganar en futuras contiendas electorales.
La oposición, liderada por el CHP, podría pasar a controlar hasta 36 capitales provinciales, frente a las 22 que tenía desde las elecciones de 2019, dejando al AKP con control sobre 23, un notable descenso desde las 38 que regía previamente.
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Este cambio representa un significativo reajuste en el mapa político turco, con el CHP reforzando su presencia en áreas tradicionalmente dominadas por el AKP, incluyendo Bursa, la cuarta ciudad más grande del país.
FUENTE: DW.