El Vaticano inició la fase romana del proceso de canonización del Siervo de Dios Manuel Costa de los Ríos, el esclavo africano que dedicó su vida al culto de la Virgen de Luján.
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El proceso de canonización de Manuel Costa de los Ríos, más conocido como «El Negro Manuel», ha dado un paso crucial con el inicio de su fase romana. Este viernes, el Dicasterio para las Causas de los Santos, en el Vaticano, recibió las cajas con la documentación autenticada sobre su vida y obra, enviadas desde Argentina.
La Arquidiócesis de Mercedes-Luján, junto con el Tribunal Arquidiocesano, presentó además cartas formales que resaltan la importancia histórica y espiritual de este siervo de Dios. Si se confirman sus virtudes heroicas, el Papa podría declararlo venerable, avanzando así en el camino hacia la beatificación y eventual santidad.
Nacido alrededor de 1604 en Guinea Superior, África, Manuel Costa de los Ríos fue capturado por traficantes de esclavos y llevado a Pernambuco, Brasil. Años después, fue vendido a un navegante portugués que lo trasladó a Buenos Aires en 1630.
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Durante su viaje, acompañó dos imágenes de la Virgen de la Purísima Concepción, una de las cuales quedó milagrosamente en Luján cuando los bueyes que transportaban su carreta se negaron a avanzar. Este hecho fue interpretado como una señal divina, y Manuel se convirtió en su primer guardián.
Por más de 40 años, el esclavo custodió la imagen, limpiaba su capilla, recibía peregrinos y relataba el milagro. Con el tiempo, su dedicación y fe hicieron que los devotos lo reconocieran como un siervo de la Virgen.
Manuel siguió siendo propiedad de la familia de su amo hasta que los fieles de Luján organizaron una colecta para comprar su libertad, permitiéndole dedicar su vida enteramente al culto mariano. Se dice que con el aceite de la lámpara de la Virgen realizaba curaciones milagrosas, sanando incluso a un sacerdote que luego se convertiría en capellán del santuario.
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El Negro Manuel falleció en 1686, cumpliendo su propia profecía de que la Virgen lo llamaría un sábado. Sus restos fueron sepultados detrás del altar mayor del Santuario de Luján, donde su historia sigue viva en la devoción popular.
La fuerte devoción popular hacia Manuel ha impulsado su proceso de canonización, que ahora entra en una etapa clave. Su vida es considerada un ejemplo de amor, humildad y entrega, y miles de fieles acuden a él en busca de intercesión.
Si se aprueba su santidad, el Negro Manuel se convertirá en el primer santo afroargentino, reafirmando su lugar en la historia religiosa del país y consolidando su legado como el primer servidor de la Virgen de Luján.
Fuente y foto: Mdz